¡No cometas estos errores al desmaquillarte!
- Usa los productos adecuados para tu tipo de piel. A veces tenemos el que está en oferta, el que está de moda, el que nos recomienda una amiga, el del envase más atractivo... Pero no nos llevamos el desarrollado especialmente para nuestra piel. En Uriage debes distinguir los limpiadores y desmaquillantes a través de los colores:
a) Rosado: pieles sensibles y/o con rojeces
b) Verde: pieles mixtas a grasas
c) Azul: pieles normales a secas
Si eres la opción a puedes optar por: Roséliane Fluido Dermo Limpiador o Agua Micelar Termal tapa rosada
Si eres la opción b puedes optar por: Hyséac Gel Limpiador o Agua Micelar Termal tapa verde
Si eres la opción c puedes optar por: Agua Micelar Termal tapa azul
- No recurras siempre a toallitas desmaquillantes. Sabemos que es la manera más fácil de desmaquillar, pero hacerlo todas las noches no es recomendable. Debes utilizar productos compuestos por ingredientes que le hagan bien a tu tipo de piel.
- No uses jabón de manos. Cuando no tenemos tiempo para nada, acudimos a esta opción. Pero definitivamente no es efectiva. Estos jabones corporales no están preparados para ser usados sobre el rostro y terminan resecando y dañando la piel. El uso de jabón de manos sobre el rostro puede resultar en acné, alergias, dermatitis y hasta incluso infecciones.
- Regula la temperatura del agua. Nunca debe ser demasiado caliente ya que puede llegar a deshidratar nuestra piel. Y tampoco demasiado fría ya que esto dificulta la limpieza de la piel.
- Usa la técnica correcta. Es imprescindible tener las manos limpias, así también los utensilios, si es que utilizas alguno, antes de comenzar la rutina de limpieza. También es importante no dañar la piel frotando en exceso a la hora de eliminar el maquillaje. Siempre optar por leves masajes. Es mejor tardar más y hacerlo suavemente.
- No te olvidas de ciertas zonas. Casi no le prestamos atención al cuello y es una zona que solemos maquillar también. Allí la piel es más fina y sensible, puede dañarse de la misma manera que la del rostro. Prestar atención a las zonas sensibles como los párpados y nariz.
Desmaquilla tu piel de la mejor manera para que luego ella te pueda proteger de las agresiones externas como la luz azul, el viento, el sol, el frío, el calor, la contaminación y el maquillaje inadecuado. Si no lo haces correctamente, las diminutas partículas se acumulan en el rostro provocando envejecimiento prematuro, imperfecciones no deseadas y hasta pueden llegar a desarrollar alergias.