Del verano al invierno: el efecto del clima en la fragilización de la piel
Verano: daño por el sol
Durante el verano, la exposición intensa al sol y al calor puede deshidratar y dañar tu piel, haciéndola más vulnerable. Para protegerla frente a estos factores, usar protector solar a diario, mantener la piel hidratada y evitar la exposición prolongada al sol es de suma importancia. Aplica protector generosamente para evitar daños por radiación UV, bebe suficiente agua para evitar la deshidratación y usa ropa protectora cuando el sol esté en su punto más fuerte.
Otoño: ajuste a la sequedad
A medida que llegamos al otoño, el aire se seca y nuestra piel puede volverse más tirante y seca. Para enfrentar estos cambios, incrementar la hidratación, mantener la piel protegida y exfoliarla suavemente es clave. Utiliza humectantes que restauren la barrera cutánea, asegúrate de que tu rutina de cuidado incluya productos que refuercen la hidratación protegiéndola contra el aire seco, y realiza exfoliaciones suaves para eliminar las células muertas y permitir que los productos hidratantes penetren mejor.
Invierno: protección intensiva
El frío y el aire seco del invierno pueden provocar sequedad extrema y sensibilidad, exacerbando la fragilización de la piel. Para cuidarla de estos cambios, utilizar cremas intensivas, evitar duchas largas y calientes, e hidratarla desde el interior es fundamental. Puedes aplicar cremas ricas en emolientes, optar por duchas tibias y beber abundante agua para evitar la pérdida de humedad de la piel.
En resumen, adaptar tu rutina de cuidado de la piel a los cambios estacionales es esencial para mantenerla saludable y protegida. Prueba nuestra línea Cica Daily para obtener una protección y reparación adicionales durante todo el año. Con estos consejos, y el cuidado adecuado, ¡tu piel estará lista para enfrentar cualquier clima!