Me he quemado con el sol ¿y ahora qué hago?
Toma nota de las siguientes recomendaciones para minimizar el daño:
- ¡No más sol! Al menos hasta curar tu quemadura. Parece una tarea fácil… pero no lo es. Debes cuidarte hasta cuando caminas por la calle. Si te has quemado debes evitar el sol, aunque solo vayas por un corto paseo. También ayuda si te cubres con ropa, como por ejemplo pares, faldas largas, camisetas, pero aún así no debes estar expuesto al sol ya que de esa manera la zona afectada sólo continuará recibiendo calor. Para cubrir quemaduras en el rostro, puedes optar por sombreros anchos. ¡Y lo más importante: bloqueador solar de SPF50+!
- Opta por productos que calmen el ardor. Vas a buscar el alivio inmediato para ese incómodo ardor que provoca la quemadura solar. Para ello, en Uriage, recomendamos nuestra Agua Termal que gracias a sus minerales y oligoelementos tiene el poder de calmar e hidratar la piel.
- Bebe mucha agua. Siempre es importante mantenerse hidratado, pero en estas ocasiones, es imprescindible. ¿Por qué? Ya que permitirá controlar la temperatura corporal evitando así la deshidratación.
- Evita las duchas calientes. Las temperaturas altas harán que tu piel se seque aún más, provocando más ardor en tu piel. Lo más eficiente para reducir el calor de la zona afectada, es ducharse con agua fría o tibia. Si es una zona que te sueles depilar, evita hacerlo mientras la zona esté irritada.
- No vuelvas a exponerte al sol inmediatamente. Si ves que la zona afectada ya no se ve roja, y tampoco te arde, de todos modos, no vuelvas a exponerte al sol enseguida. Esto puede provocar un grave problema más adelante, ya que esa zona estará más sensible y expuesta de lo que normalmente suele estar, ya que continua es su proceso de recuperación. Es importante darle a tu piel el tiempo necesario para recuperarse por completo, antes de volver a exponerte al sol.
¡Sigue estos pasos y tu piel luego te agradecer!